Conoce los distintos tipos de sierra que existen

En el mercado podrás encontrar diferentes tipos de sierras que se pueden adaptar a tus necesidades. En este artículo haremos un repaso de las más importantes para que siempre aciertes con tu elección.

Sierras: tipos, usos y características

A la hora de llevar a cabo tus trabajos, contar con las herramientas adecuadas puede marcar la diferencia para que consigas el éxito. A continuación, vamos a mostrarte las sierras más habituales para trabajos de bricolaje.

Sierra de calar, un clásico que nunca pasa de moda

Las sierras de calar siempre tienen un lugar especial en el taller de cualquier manitas. Su fama no es casual. Estas sierras son perfectas para trabajos con madera, metal y plástico. Cuentan con hojas que pueden intercambiarse para adaptarse a tus necesidades y ofrecen un trabajo rápido, cómodo y muy seguro. De hecho, a la hora de hacer cortes, son de las mejores opciones cuando necesitas seguir trazos con curvas y diferentes ángulos.

La mayoría de los modelos actuales, además, son muy limpios. En su parte trasera tienen una salida de aire que está diseñada para extraer el polvo mediante un aspirador.

Sierra circular, cortes rectos y sin errores

Este tipo de sierra es la más empleada para fabricar mobiliario. Cuenta con un disco que puede variar en diámetro. Lo más usual es encontrar opciones de 184 mm, pero hay otras de hasta 300 mm, adecuadas para trabajos de más envergadura. Su principal característica es su rectitud. Es complicado que un corte con esta sierra pueda torcerse, ya que el propio disco la impulsa hacia delante. Además, es posible colocar una guía para que la precisión sea todavía mayor.

Para trabajar con esta sierra es importante contar con algunas precauciones. El disco resulta muy peligroso y, por ello, nunca debes hacer cortes que tengan curvas, aunque si puedes trabajar en ángulo. Para hacer cortes a inglete son equipos muy adecuados y te darán el resultado que necesitas.

Sierra de cinta, similar a la de calar

Una sierra de cinta puede tener diferentes tamaños y potencias. Las más comunes tienen entre 250 y 350 vatios. Estos modelos resultan ideales para trabajar con formas y dibujos. Mediante una plantilla, puedes reproducir en la madera la imagen que más te interese. Cuanta mayor sea su potencia, mayor grosor te permitirá cortar la máquina. Su uso es estático, puesto que no resultan fáciles de mover. Para trabajos de bricolaje su precisión es mayor que la de las sierras de calar, pero su coste también es más alto.

Sierra de sable, apta para demoliciones y grandes obras

Esta sierra eléctrica no tiene la mayor precisión, pero tampoco la necesita. Su modo de funcionamiento pendular ofrece muchas posibilidades. Tiene hojas para diferentes materiales. Su gran potencia es perfecta para cortar ramas, varillas metálicas y grandes piezas de madera.

Hay opciones para todas las situaciones. En general, cuanto mayor sea su potencia, más posibilidades te ofrece. A partir de 1200 vatios será capaz de atravesar la mayoría de los materiales. Algunas hojas están adaptadas al corte de tejas, ladrillos y cerámica. En estos casos, será suficiente con proyectar un poco de agua sobre su superficie para que el filo no se sobrecaliente.

Motosierras, gran opción para podar

Terminamos la lista con una de las sierras más conocidas. Las motosierras tienen una larga hoja capaz de atravesar el tronco de árboles de gran tamaño. Sus prestaciones en el ámbito forestal son de sobra conocidas. Algunos modelos, para disfrutar de más potencia, funcionan mediante gasolina. No obstante, cada vez son más habituales las motosierras de batería que funcionan solo con electricidad.

Se trata de una sierra con mayores necesidades de mantenimiento. Para evitar el calentamiento excesivo, tiene un depósito de aceite que tendrás que revisar periódicamente. También su hoja requiere de afilados recurrentes.

Sierras manuales, una amplia variedad

Una sierra manual puede serte de gran utilidad para pequeños trabajos o en caso de no disponer de corriente eléctrica. Las hay de muchos tipos, cada una pensada para distintas tareas:

• Serrucho. Su uso podría asimilarse al de la sierra de calar. Su hoja es de gran tamaño, pero tiene mucha flexibilidad. Puede cortar la madera de un modo recto. También es posible hacer cortes sin esfuerzo.
• Sierra de costilla. En este caso, la gran firmeza de su hoja limita mucho sus movimientos. Con esta sierra podrás hacer cortes rectos y rápidos. En compañía de una caja de ingletes, serás capaz de hacer cortes en ángulos de 22.5, 30 o 45 grados y de hacer ingletes a la misma inclinación.
• Sierra para metal. En este caso, su función principal es cortar metales. Es útil, sobre todo, a la hora de atravesar tuberías, barras de hierro o pequeñas planchas de chapa.
• Sierra japonesa. Uno de los utensilios para cortar menos conocidos. Sin embargo, sus posibilidades son muy variadas. Su hoja es sumamente flexible, lo que permite cortar al ras de la madera. De ese modo, pequeños cantos o salientes son eliminados en un momento.
• Sierras de marquetería. Están diseñadas para trabajar con pequeños paneles de contrachapado. Tienen una utilidad similar a la de las sierras de cinta, aunque su avance es mucho más lento. Su hoja es fácilmente intercambiable y tienen una buena capacidad para cortar tanto curvas como rectas.

Ahora ya conoces los diferentes tipos de sierras. Todas cumplen funciones específicas que se adaptan a unas necesidades concretas. Sin embargo, algunas te darán una mayor versatilidad y autonomía. Solo tú sabrás cuál se adapta más a ti.

Esperamos que este artículo te haya servido para comprobar que las herramientas de segunda mano son una buena opción para montar tu propio taller de bricolaje.